El origen de las “idols” akiba y otras variantes
El origen de las “idols” akiba y otras variantes
Por yumeki • 13 ago, 2008 • Sección: Fundamentos idol
En un sentido estricto, el género idol surgió en Japón como un proceso dinámico y circunstancial, entre los 60s y 70s gestado entre un cúmulo de agencias de entretenimiento, la mayoría de ellas como Watanabe Entertainment o King Records, fundadas tras la ocupación norteamericana al finalizar la segunda guerra mundial en 1945 y el ingreso del Jazz al círculo musical japonés.
Con la terminación de la segunda guerra mundial, el proceso de evolución de la industria discográfica japonesa tuvo como eje el impulso del kayokyouku (musica con influencias extranjeras) y a finales de los años 60s el Enka (musica tradicional japonesa) comenzó a verse desplazado por las nuevas corrientes, hasta que finalmente en los años 70s y 80s la escena “idol” era la expresión cultural predominante en los medios de comunicación. Las empresas de entretenimiento, generalmente herederas de fortunas de keiretsu milenarios, y con un profundo arraigo, definían los estilos artísticos, por una parte, retomando las influencias occidentales pero aplicando los principios ancestrales y en el caso del género idol, los principios “Kiyoku, Tadashiku, Utsukushiku” establecidos por la escuela Takarazuka de Ichizo Kobayashi como la organización femenina por excelencia en Japón.
La versión “underground” del género idol: las “akiba” y otras variantes del estilo idol.
En los años 80s, la escena musical se centraba en gran parte en el género idol. Con el gran impacto de las idols en la sociedad, surgieron millones de fans “otakus de idols”, quienes se convirtieron en un mercado consumidor sumamente importante, creandose a su vez toda una sub-cultura.
Algunos de estos “otaku de idols”, como Taku Hachiro (quien en su libro “Ikasu! otaku tengoku” muestra una foto de sí mismo con una figura de la idol Chisato Moritaka -una idol de agencia-) se convirtieron en consumidores obsesivos de las idols, generandose clubes importantes de fans.
Pero en el mundo idol centralizado por las agencias, el acceso al mundo idol -y artístico- seguía siendo restringido para muchas chicas que ambicionaban ser y eran rechazadas. De miles que audicionaban, solo unas cuantas podían ingresar a las agencias, y de las cuantas aspirantes, solo muy pocas hacian su debut. Como fenómeno natural, las chicas rechazadas por las agencias tomaron diversos centros públicos para cantar en las calles, banquetas y parques, actividad que era ya realizada por cualquier músico o cantante de cualquier género que buscara un espacio público de expresión.
Shibuya para quienes querian llamar la atención de las clases altas, Akihabara para quienes querian el apoyo otaku popular, los barrios específicos para cada tipo de público y expresión popular se llenaron de cultura, un nuevo formato cuyas pretenciones siempre fueron llamar la atención de alguna agencia establecida o algun productor busca-talentos que deambulara por la zona.
Con el tiempo y dado que el numero de cantantes callejeros aumentó, se creó una industria, la cual tomó “prestado” el término “idol” pero careció de los principios que fundamentaban la industria de las grandes agencias. Una nueva versión “light” de idol se creó a partir de la iniciativa de varios empresarios menores, que con tal de obtener público predominaron los desnudos totales y la pornografía infantil, y según el público, la asimilación de personajes de anime y manga para llegar al público otaku de esos géneros. La sociedad en general y la industria idol establecida miró con malos ojos esas expresiones comerciales, incrementandose el rechazo a ese sector. Pronto la pornografía se convirtió en sinónimo de las expresiones akiba, y el rechazo se incrementó aún más, convirtiéndose akihabara en el centro productor de pornografía más grande de Japón, título que conserva incluso en la actualidad y a pesar de la crítica severa ejercida por la ONU en 1997.
El proceso dinámico creó una industria “akiba” establecida, con ingresos millonarios derivados de la pornografía y la creación de agencias “gravure” que utilizando el término “idol” fundaron toda una industria que terminó por desprestigiar a la industria idol original. Las variantes incluyeron “idols de pechos grandes” (como yellowCab, donde según su fundador pretendían dar un tributo a la “maternidad” mostrando desnudos y semi-desnudos), la industria “lollicon” (impulsando la pornografia infantil, ya sea con modelos niñas, adolescentes o adultas) y los géneros “idol” relacionados con el anime y manga. En el mejor de los casos, ésta migración también llegó a las “seiyuu” e intérpretes de anime, operadas dentro de la competencia leal, quienes personificando caracteres de anime asimilaron la cultura idol, sincretizandola con la cultura del anime/manga.
Por su parte, el wotagei surgió en los 70s como una expresión completamente idol, con los primeros panfletos que las propias agencias distribuian en los conciertos de Candies o Pink Lady. Todos los pasos del wotagei surgieron de temas de idols, desde el “PPPH” surgido en los 70s con Candies, hasta el “Romansu” surgido en 1986 con Onyanko Club y popularizado en la actualidad por los fans de Hello! Project. El fenómeno migró de los conciertos idol a las calles y las chicas de banqueta en Akihabara.
El género idol sigue existiendo hoy en dia, con agrupaciones como Hello! Project o Idolling!!!. Sin embargo, por todo lo anterior, el estilo “idol akiba” emplea de manera errónea el término “idol”, ya que no tiene relación alguna con el género musical idol gestado desde los años 60s y 70s, además de carecer de un esquema de valores que cualquier actividad japonesa exige, un estigma que difícilmente podrá borrarse para el sector de estudiosos del género japonés.
Hiroshi Aoyagi en su libro “Islands of million of smiles”, publicado en 2005 (hace apenas 3 años) hace un estudio sobre el género idol, y jamás hace mención alguna sobre el fenómeno “akiba” como un tipo de expresión idol, pues estrictamente hablando, no lo es en realidad, aunque la dinamica social y comercial de un barrio de Tokyo productor de pornografía siga diciendo que sí lo es.
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